Las cortinas ayudan a controlar la luz, aportan privacidad y aumentan la eficiencia energética, por no mencionar el estilo que dan a la estancia. Sin embargo, cortar la cortina al largo deseado y que la caída mustre tus gustos y personalidad, puede generar confusión. Estas son algunas formas probadas de conseguir el resultado que buscas.

Hasta el suelo es un claro favorito

Una de las opciones más comunes son las cortinas hasta el suelo: siempre elegantes, fáciles de mantener y prácticas al pasar la aspiradora. Solo tienes que asegurarte de que lleguen hasta el suelo, ya que no quedarán bien si son demasiado cortas.

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Cortinas sencillas hasta el alféizar

Si vas a colocar muebles como un escritorio o un sofá justo debajo de la ventana, las cortinas que llegan hasta el alféizar son una buena opción. Un consejo profesional es añadir unos centímetros a las medidas de ancho para que parezca que la ventana es más grande.

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Técnica charco: añade textura y elegancia a tus cortinas

Las cortinas con arrastre, aplicando la técnica Charco, aportan textura y carácter a la habitación al dejar caer la tela suavemente en el suelo. Al optar por una tela más suave, conseguirás un efecto más fluido y envolvente. Recuerda mantenerlas limpias y libres de arrugas para preservar su encanto.