Antes de usar la cesta de fermentación por primera vez, humedécela con agua y espolvoréala con harina. Después, sacúdela con cuidado para eliminar el exceso de harina y déjala secar.

Pon la masa en el cesto de fermentación y tápala con el paño incluido. Cuando haya subido, pon el pan en una bandeja adecuada y métela en el horno.

Espolvorea con harina la cesta de fermentación/panera antes de cada uso y comprueba que cubra toda la superficie y las ranuras. Inclina y elimina con cuidado el exceso de harina.

La primera vez que uses el cesto de fermentación es posible que necesites ponerle un poco de harina para evitar que la masa se adhiera. Lo normal es que se necesiten tres usos para que el cesto ofrezca un rendimiento óptimo.

Mezcla de algodón/lino: combina la suavidad del algodón con el brillo y la resistencia del lino.